Después de Jorge Campos, portero conocido por sus ya legendarios atuendos, existe otro arquero que la mayoría de los mexicanos recordamos y que, a pesar de que algunos no son aficionados de hueso colorado, lo apreciamos por tener una carrera memorable y ser miembro de uno de los equipos con mayor popularidad del país: se trata de Óscar “Conejo” Pérez.  

Originario de la Ciudad de México, Pérez se inició en Potro Marte, posteriormente continuó en el Necaxa y en el Toluca, y su llegada a la Máquina del Cruz Azul se dio en 1993, debutando con apenas 20 años. 

Con este equipo no solo obtuvo la fama que lo seguiría por los próximos años, sino que también se llevó el Torneo de Invierno en 1997, así como un subcampeonato en 1994 y 1995; asimismo, llegó a la final de la Copa Libertadores en 2001. Sin duda, estas fueron épocas de éxito que ahora se ven lejanas para el Azul, equipo que en la actualidad pareciera tener una maldición.

Por otra parte, “Conejo” abandonó las filas de su equipo para llegar a Tigres de la UANL y unirse después a los Jaguares de Chiapas. Además, el guardameta también fue parte de la Selección Nacional jugando en el Mundial de Sudáfrica.

Sin embargo, el domingo pasado, con el Estadio Azteca como escenario y a sus 45 años, “Conejo” Pérez dijo adiós al fútbol mexicano con un homenaje en el que la afición pudo recordar lo mejor de su carrera en un último partido, defendiendo la portería de la Máquina.

Al respecto, el arquero dijo estar más que conmovido por el recibimiento del público durante su trayectoria, por lo que agradeció al Cruza Azul por los años que compartieron y que lo convirtieron en una leyenda. 

Sin duda, este portero será recordado en el futuro y se convertirá en un referente para los que quieren seguir sus pasos.