Tras la salida del portugués, todas las miradas apuntaban a Gareth Bale como nuevo líder del Real Madrid. Tras la primera mitad de la temporada disputada, sigue abierto el debate sobre si puede estar a la altura.

 

Si.

Son jugadores con virtudes similares: portentos físicamente, rápidos y letales al espacio. Con un gran remate de cabeza y pueden partir desde la banda o desde el centro. Ambos tienen facilidad para aparecer en partidos importantes.

Ya sabe lo que es tener galones en un equipo, y fue el líder absoluto de la mejor selección de Gales que se ha visto, llegando hasta semifinales de la última Eurocopa.

Hasta antes de su llegada, Cristiano Ronaldo solo había ganado una Liga, una Copa y una Supercopa de España con el Madrid. Tras el fichaje de Bale, el portugués sumó otra Liga, otra Copa, otra Supercopa de España, cuatro Champions League, tres Supercopas de Europa y tres Mundialitos de clubes. Y el galés influyó mucho en aumentar ese palmarés.

Ya ha sido importantísimo en las conquistas del conjunto blanco. Todo el mundo recuerda su cabalgada en el gol al Barça en la final de Copa. Ha marcado los goles decisivos en dos de las cuatro finales de Champions que ha ganado, y ha asistido en otra.

Bale aparece en las grandes ocasiones. Ha sido designado MVP en todas las finales que el Madrid ha ganado con él en el campo.

Sus números son de crack absoluto; ha participado directamente en 161 tantos (98 goles y 63 asistencias) en 207 partidos con el Real Madrid. La influencia en el equipo es indiscutible.

 

No.

Es ridículo comparar el nivel que ha dado Cristiano Ronaldo en el Real Madrid con el de casi cualquier jugador del mundo. Estamos hablando del mejor jugador de la historia reciente del club blanco.

Quería poner aquí todos los títulos colectivos y las distinciones individuales que ha ganado el portugués, pero me faltarían caracteres. Así que lo resumo en que un jugador que ni siquiera ha estado elegido entre los tres mejores del mundo no puede hacer olvidar a uno con cinco Balones de Oro y cinco de plata.

Gareth Bale es un jugador de cristal, y eso frena constantemente su progresión. Solo ha disputado 207 partidos en 5 temporadas y media en el club, lo que da una media de 37 partidos por temporada; aproximadamente la mitad de lo que juega el equipo.

No es solo los partidos que se pierde, sino los que necesita para volver al máximo nivel tras recuperarse de la lesión. La carrera de Bale es un bucle; brilla, se lesiona, está fuera varias semanas, recupera el nivel poco a poco, y cuando empieza a brillar vuelta a empezar.

Bale no cuenta con la personalidad arrolladora y ultra competitiva de Cristiano Ronaldo, que influía directamente en todo el vestuario blanco. El galés pasa mucho más desapercibido en el vestuario, algo incompatible con ser un líder de un equipo de este nivel.